Con el precio tan bajo que tienen los topes para estacionamiento resulta difícil entender por qué algunas personas siguen arriesgándose a dañar su coche cada vez que tienen que aparcarlo en su plaza de garaje de su urbanización; dado que este tipo de plazas normalmente tiene unas dimensiones muy discutibles para el tamaño que tienen los coches actualmente, lo cierto es que el conductor se ve obligado a poner en práctica todos los “trucos” posibles para evitar que tanto él como cualquier miembro de su familia acabe dañando el coche en un despiste durante la maniobra de estacionamiento.
Y es que no hay que olvidar que en muchas familias el coche no lo conduce únicamente una persona, ya que por ejemplo el hijo que acaba de sacarse el carnet tarde o temprano también se pone al volante del coche de la familia. En este caso y dada su inexperiencia suele ser habitual que a la hora de estacionar el coche el hijo acabe golpeando alguna columna por culpa de no haberse fijado bien en los retrovisores; colocando simplemente un tope para estacionamiento se evita esta situación y se permite a los conductores más experimentados que puedan aparcar sin necesidad de tener que andar sacando la cabeza por la ventanilla para ver si están encajando bien el vehículo en la plaza de garaje. Si a todo esto se le añade el bajo precio que tienen estos topes, es difícil encontrar alguna excusa para no ir corriendo a instalarlos en el garaje.